
Fin de curso: acompañar el aprendizaje sin convertirlo en presión
- Véronica Morin
- hace 3 días
- 1 Min. de lectura
En esta etapa del año, las evaluaciones finales pueden generar un nivel elevado de ansiedad tanto en niños y adolescentes como en sus familias. No se trata solo del rendimiento académico, sino de la carga emocional que se pone sobre la nota, la comparación y la expectativa.
Como especialistas en bienestar psicoemocional sabemos que la forma en que acompañamos estos procesos en casa impacta directamente en la confianza, la motivación y la salud mental.
Tres claves para acompañar de manera saludable:
Clima emocional seguro
Escuchar sin interrogar, preguntar qué necesitan y qué les está costando. Validar la experiencia en lugar de minimizarla. El error es parte del proceso de aprender, no una falla personal.
Autonomía con estructura
Ayudar a organizar el estudio sin controlar cada paso. Sostener rutinas posibles e incluir descansos reales. La exigencia sostenida sin pausas no mejora el rendimiento; lo reduce.
Bienestar integral
Sueño, alimentación y movimiento impactan directamente en la capacidad de concentración. No se puede pensar bien desde el agotamiento. Acompañar también implica ayudar a regular el cuerpo, no solo la agenda.
Al finalizar este ciclo, lo valioso no es únicamente la calificación obtenida, sino el proceso transitado: cómo se enfrentaron los desafíos, qué herramientas se adquirieron y cómo nos acompañamos mutuamente en el esfuerzo.
El aprendizaje no es un resultado, es una construcción.





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