
¿Se puede diagnosticar dislexia en adultos?
- Véronica Morin
- hace 2 días
- 2 Min. de lectura
Muchas personas llegan a la adultez sin saber que las dificultades que arrastran desde la escuela —leer más lento que los demás, confundirse al escribir o evitar tareas que implican mucha lectura— pueden tener un nombre: dislexia.
Aunque suele asociarse con la infancia, la dislexia también puede diagnosticarse en adultos. Detectarla permite comprender mejor el propio funcionamiento y desarrollar estrategias que faciliten la vida laboral, académica y cotidiana.
¿Qué es la dislexia?
La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje de origen neurobiológico que afecta la lectura y la escritura. No tiene relación con la inteligencia ni con la falta de esfuerzo, sino con la forma particular en que el cerebro procesa el lenguaje escrito.
Las personas con dislexia pueden tener una comprensión excelente y una gran creatividad, pero su lectura suele ser más lenta, con errores u omisiones, y la ortografía puede resultar inconstante o muy demandante.
¿Cómo se diagnostica en la adultez?
El diagnóstico debe realizarlo un profesional especializado (psicólogo, neuropsicólogo o psicopedagogo con experiencia en trastornos del aprendizaje).
El proceso incluye varias etapas complementarias:
1. Entrevista clínica
Se exploran los antecedentes escolares, las estrategias personales de compensación, las dificultades actuales en el trabajo o estudio y la historia familiar.
2. Evaluación cognitiva y neuropsicológica
Permite descartar otras causas, como problemas de atención o memoria, y analizar el perfil intelectual general, la velocidad de procesamiento y la memoria verbal.
3. Evaluación lectoescritora
Se miden la precisión y velocidad lectora, la comprensión de textos, la ortografía y la escritura espontánea. También se analiza la conciencia fonológica, es decir, la habilidad para reconocer y manipular los sonidos del lenguaje.
4. Integración de resultados
Cuando se observan patrones consistentes de errores fonológicos, lentitud lectora o dificultad para automatizar la escritura, se confirma la presencia de dislexia.
El diagnóstico no solo nombra una dificultad: ayuda a entender una forma distinta de aprender y procesar el mundo.
Herramientas utilizadas
Dependiendo del país y el contexto, los profesionales pueden emplear distintos instrumentos, como:
PROLEC-SE (versión para adolescentes y adultos)
TALEC o TALE (test de análisis de lectura y escritura)
Baterías neuropsicológicas como NEPSY-II o WISC-V
Cuestionarios de autoinforme, como el Adult Dyslexia Checklist o el Dyslexia Adult Screening Test (DAST)





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